Probablemente hasta este punto hayas oído hablar mucho sobre la IA y como está siendo usada en numerosos escenarios; pero difícilmente conozcas todas las aplicaciones distintas que el modelo de inteligencia artificial generativa ofrece a las empresas. Hoy te hablamos sobre el copiloto de IA, uno de los recursos más nuevos y en tendencia dentro del área corporativa.
¿Qué se entiende por copiloto de IA?
El término “copiloto” lo más probable es que nos haga pensar sobre la persona que está al lado del conductor, por ejemplo, de un avión. En este caso, el copiloto es un asistente de vuelo que ayuda al capitán a operar el avión realizando tareas sencillas pero necesarias.
Este término recientemente ha sido usado para describir a un asistente virtual potenciado por inteligencia artificial.
Este asistente es capaz de realizar tareas de sencillas a complejas con simples comandos de voz o texto, integrándose muy bien a tus flujos de trabajo.
Probablemente pensemos en asistentes como Siri o Cortana, que eran capaces de ejecutar comandos concretos dentro del sistema.
Con la introducción de la IA, estos asistentes virtuales son mucho más completos, eficientes y rápidos.
La IA también permite que estos copilotos tengan un lenguaje más conversacional, se integren con otras herramientas y analicen sus datos para ejecutar órdenes de forma más precisa.
Gracias a esto, un copiloto de IA puede ayudarte a realizar tareas que antes solo podía hacer un humano, pero que a la vez le tomaba mucho tiempo realizar. Veamos algunos ejemplos.
Funcionalidad de los copilotos de inteligencia artificial
La utilidad de un copiloto de IA es tal que a veces nos falta creatividad para pedirle que realice procesos que no nos imaginamos que podría.
Por ejemplo, un agente de ventas podría pedirle al copiloto que redacte un correo de ventas personalizado para un cliente en específico. El programa va a conectarse al CRM para buscar datos sobre ese cliente y las interacciones previas; con esa información puede generar un mensaje adaptado a ese cliente en pocos segundos.
La inteligencia artificial busca datos y contextos para crear acciones menos genéricas y más precisas, adaptadas a lo que se necesita, pero más rápido.
Por ejemplo, una persona podría pedirle al copiloto que le muestre los tres clientes potenciales más importantes de la semana. El programa estudiará los datos del CRM para mostrar las oportunidades comerciales más prometedoras; no solo eso, sino que podría sugerir acciones concretas para nutrir a ese cliente potencial y llevarla a la conversión.
También podría redactar textos o mensajes de marketing para acompañar tus campañas promocionales o nuevos lanzamientos. Al mismo tiempo podría utilizarse para resumir o interpretar los resultados de las estadísticas del CRM y proponer ideas de mejora.
Sin duda, esta herramienta puede ser de muchísima utilidad para aprovechar mejor las funciones avanzadas de un software de gestión de la relación con los clientes.
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