
Todos necesitamos encontrar una fuente de ingresos para poder subsistir y a la larga construir un patrimonio económico para nosotros y nuestra familia; del cual podamos vivir cuando envejezcamos y nos falten las fuerzas para trabajar y podamos vivir nuestros años de retiro en paz y con nuestros seres queridos.
Sin embargo, muchas veces las cosas que nos permiten obtener un ingreso económico, no suelen ser de nuestro agrado. En el peor de los casos, esto será algo tortuoso. Así que, encontrar una manera de que algo que nos apasione sea nuestra fuente de ingresos, es algo vital.
Cómo convertir nuestra pasión en nuestra fuente de ingresos
El filósofo chino Confucio, una vez sentenció algo que muy seguramente hemos escuchado todos alguna vez “Elije un trabajo que te gusta y no tendrás que trabajar ni un solo día de tu vida”. Es muy cierto que, si nuestro trabajo se corresponde con lo que nos apasiona, probablemente lo haremos gustosos.
En la misma onda del pensamiento oriental, los japoneses tienen un concepto llamado “Ikigai”, que vendría a significar como la búsqueda del sentido de nuestra vida a través de descubrir nuestra pasión y trabajar en ella.
Descubrir nuestro Ikigai (traducido literalmente como razón de ser) es un trabajo gradual, para algunos puede resultar muy evidente, para otros no tanto. Una vez consigamos lo que nos apasiona, la tradición japonesa considera que debe reunir una serie de requisitos antes de ser un Ikigai:
- Debe ser algo que ames y te apasione.
- Naturalmente, debes ser bueno en ello o esforzarte en desarrollar el talento en ello.
- Algo que puedes monetizar.
- Y algo indispensable, que sea algo que sientes que el mundo o alguien en él, necesita.
Entonces, una vez encontramos eso, ¿cómo lo convertimos en nuestra fuente de ingresos? No parece muy sencillo; pero la respuesta es un tanto simple: Si algo nos apasiona y le dedicamos mucho tiempo, eventualmente terminaremos siendo muy buenos en ello.
Y si eres notoriamente bueno en algo, te haces competitivo en ello, además de que empiezas a tener un gran conocimiento del tema. Al llegar a este punto, es sólo cuestión de usar nuestra imaginación para convertir nuestra pasión en nuestra fuente de ingresos.
Convierte tu pasión en dinero
Ejemplo: Si te gusta la pintura, puede que no tengas el talento y la visión que se requiere para ser un pintor famoso; pero podrías relacionarte con muchas personas en el ámbito. Hacer muchos contactos y eventualmente dedicarte a organizar galerías de arte, exposiciones, ventas y comercio de obras.
Por otro lado, si te gusta la cocina, un día descubres que tu tarta de limón es especialmente buena, después de un tiempo perfeccionándola, tu tarta de limón es una de las mejores que cualquiera podría probar en su vida. Podrías iniciar un negocio especializado en vender mini-tartas para eventos de catering.
Si tu pasión es algún deporte, no necesitas convertirte en el próximo Cristiano Ronaldo, podrías fundar un club de fans deportivo, podrías crear un bar deportivo, o crear una página web de análisis deportivo que fácilmente podrías monetizar por publicidad conforme tome notoriedad.
De esta manera, te darás cuenta que convertir tu pasión en una fuente de ingresos es una cuestión de constancia, progreso personal y ser práctico e inteligente.