No siempre se renuncia a los trabajos, en ocasiones se renuncia es a sus jefes

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Los directivos o gerentes, tienen la capacidad y responsabilidad de crear o no equipos altamente efectivos. Son ellos quienes deben poseer cualidades efectivas para determinar y apreciar la percepción de cada uno de los miembros de su equipo. Así como también, conocer las limitaciones y/o necesidades que estos puedan padecer. El no considerar estas últimas, sería un gran error tanto para su gestión como para la organización, en general.

La comunicación constante y permanente con tu equipo de trabajo, permitirá conocer tanto las quejas y debilidades que posea el personal. Así como también, será un termómetro para conocer porque no, tu posición o tu imagen ante el personal. El poder escuchar, entender y gestionar son tres cualidades básicas de todo jefe eficaz.

Luchar en solitario resguardando sólo los intereses de la empresa parece en principio lo que llevará a un líder a contar con el beneplácito de sus superiores. Sin embargo, de nada vale tal esfuerzo y entrega, si no se toman en cuenta la opinión y necesidades del equipo de trabajo.

Al ver cristalizado el objetivo profesional, ser jefe, no se debe dejar de lado jamás a quienes contribuyeron en tu éxito, la gente. Incurrir en tal error, sólo asegura el fracaso y el abandono por parte del equipo. El cual perderá cualquier interés en ti y recurrirá a la búsqueda de un superior más capaz y gratificante. Podríamos calificar esta como una de las causales de que los empleados no renuncien por el trabajo en sí, sino por su jefe.

En otras palabras, la razón más común de las personas para renunciar es el cansancio que le genera el hecho de tratar con alguien que no está haciendo lo que se necesita para gestionar satisfactoriamente a un equipo.

Dirigir de manera respetuosa y certera

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La obligación principal de todo líder es orientar constantemente a su equipo. Sabemos que el liderazgo acarrea múltiples responsabilidades, tanto morales como organizacionales.  Si bien es cierto que las capacidades de un profesional ya deben estar consolidadas durante el desarrollo de su labor dentro de una empresa. No lo es menos que su superior se encuentra en el deber de canalizar las deficiencias de su equipo sin que esto conlleve a reproches o burlas que intenten hacer mella en la moral de sus empleados. Eso es ser un líder capaz.

Como ejemplo de esto. Bobinski explica que en una sesión de entrenamiento que llevó a cabo recientemente con un pequeño equipo de gerentes. Uno de los participantes (llamémosle Carlos para identificarlo) habló de cómo un trabajador en su turno dijo no saber cómo realizar un procedimiento específico.

La actitud del gerente que estaba casi burlándose de cómo se produjo el incidente, según lo relataba, fue decirle textualmente. «Si no sabes cómo hacerlo, ve a la oficina y lee sobre cómo hacerlo en el manual de formación.» El trabajador en silencio acabó su turno, y al día siguiente renunció.

“Después de haber conocido y trabajado en su momento para gerentes como Carlos. Sentí mucha pena por la gente que tiene que trabajar con este tipo de jefes. Con suerte, los empleados infelices se esfuerzan por tener éxito. Pero los gerentes como Carlos son obstáculos en el camino de su éxito. Burlándose de los empleados y esperando que aprendan habilidades sin orientación alguna. Sobre todo sin apoyo a su gestión sólo lograrán que sus equipo les abandonen más rápido».

Entonces, qué hacer…

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La dirección de equipos eficaces, va de la mano con la formación de sus integrantes. El perfeccionamiento de los procesos constantemente y la debida comunicación al equipo. Esto permitirá reducir al mínimo las fallas que se puedan presentar durante el desarrollo de las funciones. A continuación te presentamos, algunos tips para adecuar tu gestión:

  1. Tratar de comprender los puntos de vista de cada persona de su equipo y escuchar sus Tenga en consideración que diversas visiones de un inconveniente, puede promover diversas soluciones.
  2. Escuchar sinceramente a su Evitar cualquier tipo de displicencia pude generar en inconformidad en el personal. La cual dejará una cicatriz a largo plazo en el empleado que comete un error.
  3. Identificar mutuamente pasos de acción para ayudar a cada uno de los empleados a tener éxito. Mutuamente significa que ambos tienen que interactuar y conseguir la vía para lograrlo.

Algunos directivos argumentan que no pueden permitirse perder el tiempo para hacer estas cosas. Si lo analizamos prefieren pagar el costo de reemplazo de los empleados. Aunque llegue un punto en el que tampoco puedan darse el lujo de no hacerlo. Es importante como gerente o jefe de un equipo comprender que no se pierde el tiempo orientando a un empleado. Se está invirtiendo en el éxito de la empresa y de su gestión profesional.