Los jefes no escuchan a sus empleados por miedo a no llegar a un acuerdo

La relevancia de la comunicación es evidente, todo empleado siempre ha sentido la obligación nata o inducida, de comunicarse con su jefe. La finalidad de sugerir o de aportar, cualquier información o apreciación que este considere de interés o relevancia. El simple hecho de ser escuchado garantiza un punto a favor de la autoestima del empleado. Claro está, si este es bien escuchado y aceptado con su información.

Una situación evidente, es la creada por una persona no atendida a su interés comunicacional. Se convertirá a muy corto plazo en un ser incomprendido, móvil ideal, para la  frustración y con ello la pérdida de identidad organizacional, pudiendo llegar a afectar gravemente a la empresa de manera general.

Un grupo de personal inconformes dentro de una organización pueden llegar a ser tan nocivos como los vicios. Pueden carcomer cualquier estructura dañando de raíz, le aparataje funcional de la misma. Hasta provocar porque no decirlo la quiebra.

Las palabras ideales para las situaciones perfectas

 comunicarse con su jefe

No es igual oír que escuchar:

El simple hecho de no oír las opiniones de nuestro entorno, representa un punto en contra de lo que deseamos para nuestra organización. Todo buen líder debe tener la capacidad de conectarse con su entorno y a su vez, con los integrantes de este. El centrarse en escuchar con sinceridad las opiniones de otros. Ayuda de diferentes formas a nuestras metas. El poder conocer opiniones de visiones diferentes a las nuestras permite ganar terreno. Ya que puede recibir una idea u opinión no considerada que puede aportar una solución inmediata.

Considerando que,  para  lograr escuchar necesitamos la coexistencia de una elección activa y consciente. Es necesario escuchar con el corazón, rindiéndole importancia al emisor del mensaje. Todo líder debe ser respetuoso con su personal, Rasgo de líderes exitosos. Por lo tanto, escuchar va de la mano con una búsqueda honesta y cerera de la solución a las situaciones presentadas.

En líneas generales y considerando las opiniones de los expertos podemos adicionar al tema como temor de los gerentes. Según el experto Bobinski, es que ante la acción de escuchar al equipo podría presumirse como:

  • Una mala percepción de la conversación, malinterpretando los términos y asumiendo como un acuerdo. Incluso si no existe el acuerdo.
  • Que se pierda la posición de jefe, solo por la percepción de una de las partes menos privilegiadas, sobre las capacidades de la otra. Lo cual podría considerarse desfavorable para la organización.
  • No se le permita dar a conocer su punto de vista, sino, únicamente el del equipo inconforme.

Siendo equilibrados y justos, debemos asumir de antemano que la comprensión mutua, debe estar a la orden del día, al momento de la interacción conversacional. No dando cabida a la intolerancia ni a las posiciones porque no ideológicas que afecten desde un punto de vista parcializado. Los intereses que realmente se busca.

Aprender a escuchar

Si bien es cierto que a oír nadie nos enseña, escuchar es una acción que tiene sus trucos y en los que hay que prestar especial atención para aprender a hacerlo.

Al escuchar de verdad, el experto aconseja centrarse totalmente en la otra persona. Esto significa hacer un buen contacto visual y detener toda la actividad innecesaria.

Como líder debe poner de lado sus opiniones propias con respecto al asunto. Aunque sea por un momento (no se preocupe, en el momento oportuno podrá compartir su punto de vista).

El estudioso aconseja también sintonizar el lenguaje corporal de la otra persona y la inflexión de la voz para identificar sus perspectivas fundamentales. (Dependiendo de la entonación de las peticiones, vislumbrar cuales son prioridades y cuáles no tanto).

Las preguntas que cualquier gerente debe mantener en su cabeza, según Bobinski son: «¿Qué piensa o siente este empleado?”. «¿Se siente frustrado? ¿Preocupado? ¿Emocionado? ¿Feliz? ¿Decepcionado?«. «¿Él o ella describen un problema de verdad?» «¿Ofrecen una solución a ése problema?» «¿Esperan una acción en particular?» «¿Necesitan ayuda?»

Matizando con afirmaciones que deben ser genuinas (“es decir, no está usted cansad”.), y debe permitir que la otra persona diga: «sí, eso es todo«, o «no, no del todo

Si escucha como jefe un «no del todo«, pregunté a la persona nuevamente hasta esclarecer la duda. Hasta que no se pueda resumir de manera muy breve el punto de vista de la otra persona. La acción de “escuchar” no se ha producido verdaderamente.

Se requiere como gerente mucha paciencia y un verdadero deseo de aprender a escuchar. Esto para alcanzar una mejor relación laboral con su equipo de trabajo. Y así lograr mejores resultados. Sin embargo, es importante asumir que no siempre escuchando y comprendiendo la opinión de su equipo podrá como jefe brindarle la solución adecuada a sus inquietudes. Pero habrá hecho gala de su don de gente, escuchando e intentando comprender a su personal.