
Se sabe que solemos atribuirles a las personas que nos resultan atractivas a primera vista, rasgos positivos de personalidad; decimos de ellos que son más listos, hábiles, entre otras cualidades que no necesariamente son ciertas, esto se debe llamado al efecto halo. Parece que la forma en que percibimos con la vista algo, hace que pensemos que el resto de ello, también tenga buenas cualidades.
Pero no solo pasa con las personas, también con los productos que consumimos, como los alimentos, si algo luce mejor creerás que es mejor. Seguro ni tú puedes resistirte a comprar ese atractivo postre que al final no aporta nada a tu salud y que hasta puede ser insípido.
¿Cómo se produce el efecto halo?
Es producto de nuestra tendencia a definir el conjunto de la percepción general de una persona o cosa, basándonos en un rasgo especifico. De modo que pensamos que si alguien es atractivo, también va a ser responsable, atento, alegre, entre otras cosas. Es todo producto del Efecto Halo.
De cierta forma, es un sesgo de confirmación, calificamos a las personas o cosas en base a nuestra primera impresión de las mismas. La razón es llenar los vacíos de información sobre eso que no conocemos de las personas o de ciertos productos.
Entonces también puede ocurrir de forma contraria, si nuestra primera impresión de eso es negativa, asumiremos que el resto de sus características también lo son. Esa persona es muy torpe, muy amargada, ese producto no es funcional, es de mala calidad.
Al curioso e interesante que surge del Efecto Halo sucede cuando una persona es la primera en producir y/o patentar determinado producto; las personas de ahí en adelante percibirán el producto como el original, cualquier otro es solo una copia. Aunque en muchos casos esa otra marca lo elabore mejor.
¿De qué maneras podemos aprovecharlo?
Teniendo en cuenta el efecto que produce en los demás, podemos pensar en sacarle partido; es una herramienta muy aprovechable sin importar el área en que trabajes. Te hablaré entonces de las áreas más destacadas en las que se produce dicho efecto.
Sin embargo no se limita a estas, con gran ingenio puedes aprender de estas y aplicarlas a cualquier cosa a la que te dediques.
En el marketing: El Efecto Halo puede ser empleado en estrategias publicitarias a fin de lograr que el público vea positivamente el producto o servicio que se está ofreciendo. Otro ejemplo son los restaurantes, que lo miran como algo saludable, aunque al final terminan consumiendo las mismas calorías que en los de comida rápida.
En la política: Según estudios las personas atractivas y que te resultan familiares tienen mayor probabilidad de obtener un puesto que requiera de liderazgo. Muchas personas relacionan el atractivo físico con el conocimiento, es decir, que una persona con atractiva, puede considerarse como poseedora de mayor conocimiento político que alguien menos atractivo.
En los juicios: Estudios demuestran que las personas atractivas tienen condenas más pequeñas por un mismo crimen que las poco atractivas; ya que el atractivo influye en creer que la persona tiene más probabilidades de reinsertarse en la sociedad en el futuro. Además de que les cuesta creer que cometieron crimen alguno.
En la cotidianidad: Teniendo una apariencia intacta o procurando dar una buena primera impresión, podrás sacar partido del Efecto Halo; las personas te verán de forma positiva y les agradarás. Eso te dará muchas oportunidades, seas vendedor, seas artista, seas lo que seas. Si te perciben bien, creerán en ti.