
La gerencia actual está plagada de nuevas tendencias y comportamientos. Que derivan en conceptos claros, pero no tan precisos de cómo debe ser el actuar ideal. Todos tenemos algún tipo de conocimiento donde se puede disertar sobre el actuar de los gerentes. Es muy común conocer situaciones que promueven la gerencia férrea y decidida. Y otros por el contrario abogan por un actuar más sutil y compresivo. en líneas generales, buscando un equilibrio entre ambas tendencias es importante aclarar. Si Los empleados prefieren tener un jefe severo. Cual es la aptitud más idónea para llevar una gerencia a feliz puerto.
Las posturas sumisas en la gerencia, pueden llegar a ser una debilidad muy grande ante el personal. Recordemos que los caracteres que conseguimos a menudo en un espacio laboral. Dan apertura a diversidad de comportamientos. Los cuales pueden ir desde el más sumiso y benevolente hasta el más arbitrario e irrespetuoso.
Es acá donde se marca una pauta en la gerencia, donde el gerente deberá y estará obligado a soportar con completa entereza. Cualquier comportamiento fuera de las condiciones basadas en el respeto. Situación que puede ser común y cotidiana. Marcando la visión que pueden llegar a tener los empleados o subordinados de su líder a partir de ese momento.
Un buen ambiente laboral
El ambiente de trabajo ideal, no siempre es concebido en toda empresa. La conjugación de características y caracteres diferentes, da apertura a los conflictos domésticos y cotidianos. Que marcan el ritmo de convivencia en el espacio laboral. Proporcionándole al líder o gerente niveles de entrega acorde a las realidades que puedan presentarse diariamente.
Los jefes que se esfuerzan por maximizar sus ganancias personales y son egoístas. En tiempos de crisis y de mayor competencia. Las personas que son menos caritativas son vistas como dominantes y encajan mejor en el perfil de líder que se está demandando. En si nunca esta demás un toque de fuerza en el actuar gerencial. Este permitirá demarcar espacios que son accesibles en los momentos indicados y que contribuyen con el mejoramiento significativo del entorno laboral.
En trabajo realizado por Robert Livingston, profesor de administración y organizaciones en la Escuela Kellogg de Illinois. En Estados Unidos, nos permite conocer que la generosidad y aceptación en los espacios de trabajo. Afectan de manera directa en cómo son percibidos los directivos. Separando a estos en dos vertientes fundamentales: el prestigio y el dominio. Citamos textualmente.
«Las personas con alto prestigio por su generosidad son a menudo consideradas como santas, poseedoras de una calidad de autosacrificio y de fuertes valores morales», señala Livingston. «Pero, aunque estos individuos estén dispuestos a dar todo por el grupo, no son percibidos como líderes».
Es por esto que podemos deducir que, el prestigio y los líderes van de la mano. Enmarcados en un ambiente de alta gerencia. Todo esto basados en la identidad organizacional, la comprensión laboral y el respeto a la calidad humana de los empleados. Convirtiéndose en líderes deseables y seguidos al momento de determinar rumbos empresariales. más bien son vistos como sumisos en comparación con los individuos que son más fríos y menos condescendientes.
En tiempos de competencia permanente, las personas menos sacrificadas por el personal son más atractivas ante sus directivos como futuros líderes.
La dureza es la base de los éxitos en momentos de crisis
El manejo de situaciones y tiempos empresariales. Es de gran importancia en el accionar de toda gerencia. Es importante el manejo de tiempos y comportamientos en los ámbitos o momentos que vive toda organización. De acuerdo a las posturas gerenciales los trabajadores preferirían a líderes bondadosos, comprensivos y sacrificados en tiempos de paz, pero en tiempos de crisis. Cuando las cosas se ponen difíciles, quieren un líder con poder y dominante.
El egocentrismo y egoísmo daña a las empresas
El egoísmo y egocentrismos son y serán siempre considerados como de gran afectación o dañinos. Para el accionar del gerente, recordar siempre que un gerente debe tener algo de político. Dónde están constantemente presente rasgos atentos y compresivos a pesar de las circunstancias o momento empresarial. Recordar siempre que el líder debe contar con su fuerza laboral o grupo de trabajo para el logro de los objetivos es sumamente importante a la hora de adoptar posturas ante sus empleados.
El egoísmo y la actitud de «salvar mi pellejo primero» aumentaron el dominio reflejado, pero disminuyeron el respeto y la admiración por las personas con ese comportamiento.
Líder malvado
La consolidación de personalidades fuertes, combinadas con resultados laborales óptimos y eficaces. Conforma una conjugación precisa para conseguir adeptos, la sensación de seguridad que estos pueden aportar a su personal. Puede llegar a tal nivel que quede de lado el actuar férreo y desmesurado. Logrando que se perciba con mayor importancia los logros y respaldo que pueda el líder aportar a su personal.
Parece increíble pensar que un líder severo, egoísta y poco condescendiente terminará por transmitir entre su propio grupo la sensación de seguridad, poder y dominio. Loque conlleva que los empleados logren los resultados esperados para la empresa.