
Los consumidores tienen la capacidad de hacer que nuestro trabajo sea una caminata en el parque, o un maratón sin fin: especialmente los clientes tóxicos. Todos los emprendedores que han trabajado con los diferentes tipos de clientela saben cuán increíblemente difíciles puede ser tratar con ciertas personas. No importa si eres el ser más amigable del mundo, te puede tocar ese mal día en el que el próximo cliente que atenderás sea una verdadera molestia.
En el mundo de los negocios se utiliza muy a menudo la falacia de “el cliente siempre tiene la razón”, y hoy queremos tratar de insertar la idea en tu proyecto de que eso no es así, bajo ningún concepto, pues simplemente no siempre la tiene, especialmente cuando su actitud o intenciones con tu producto o servicio no son los planteados en tus lineamientos del éxitos que te has trazado y llevarle la contraria puede representar, desde una mala y negativa critica, hasta una pérdida de tiempo y recursos de tu organización.
Los clientes tóxicos pueden ser molestos de muchas maneras inimaginables
Este tipo de personas o «figuras« son capaces de afectar la reputación de la empresa en dado caso que no se le atienda de la forma en la que quieren ser atendidos, muy a pesar de que hay un complejo sistema de despacho y logística que cubre la necesidad del usuario tal como está especificado en los términos y condiciones, si, esos que nadie lee y por los que algún ignorante es capaz de reclamar un derecho que no posee aun cuando acepto seguirlos al momento de aceptarlos.
Mientras algunas opiniones dirigen la responsabilidad de este tema a la atención al cliente, La realidad es otra, al menos de este lado de la filosofía de trabajo, en la que el concepto de comunidad es tan arraigado en el proyecto, que hemos trabajado incluso técnicas del marketing psicológico para desarrollar parámetros de conducta en Pro de la buena dirección del sitio, de manera que el usuario se sienta cómodo, en amistad con el vendedor.
Conociendo al cliente potencialmente tóxico
- Hay personas impacientes que buscan resultados rápidos sin la necesidad de esperar ni el más mínimo minuto, esto puede variar de cliente a cliente, pero lo sabrá cuando lo vea.
- Puede tomar la forma de un consumidor que quiere resultados inmediatos y espera que todo se haga en el momento que le interesa, sin pagarle a usted ninguna suma de dinero.
- Si considera que un cliente no es razonable en la mayoría de los casos, es hora de decirle cortésmente que ya no puede hacer frente a sus necesidades y que sería mejor si buscara una solución en otro lugar, no porque ud no está dispuesto a trabajar, sino porque simplemente sus requerimientos no se ajustan a los intereses de la empresa.
Otra forma de clientes tóxicos son aquellos que tratan mal a la persona que le está tratando de solucionar sus problemas o dudas, a ellos no les importa si están tratando con algún trabajador de soporte o el dueño, tratarán de que le solucionen su inconveniente usando un apartado de las más vastas groserías e insultos.
No obstante, el más común de todos es el cliente indeciso, aquel que no sabe exactamente lo que busca, y solicita muestras o explicaciones variadas que al final no terminará concretando la venta, ya sea porque aún no sabe lo que quiere o porque carece de dinero y solo estaba “buscando información”.
En todos los casos hay que armarse de paciencia y tratar de la mejor forma al cliente sin caer en provocaciones, y por supuesto alejarlo de la manera más educada posible para evitar inconvenientes. No es una tarea fácil tratar con el público, especialmente si se trata de clientes como estos.
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