
Muchas veces suele escucharse el término “bancarrota” en las noticias o programas de televisión, pues que una empresa decida irse a bancarrota es algo común. Pero a pesar de ser un término tan cotidiano en el mundo empresarial, muchas personas no conocen lo que es; y por tanto no pueden solicitarla en caso de que la necesiten.
La bancarrota es un estado jurídico en el que una persona natural o empresa no puede cumplir con sus obligaciones financieras; es muy común que las empresas opten por irse a bancarrota cuando sienten que sus deudas son insalvables. Sin embargo, declararse en bancarrota no significa que te libras de tus deudas, o al menos no en todos los casos.
¿Existe más de 1 tipo de bancarrota?
Quizás te sorprenda enterarte de que existen varios tipos de bancarrota, y que a la hora de declarar la quiebra te conviene saber cuál elegir.
1.- La primera es la bancarrota directa o por liquidación, si quieres aplicar para esta, primero debes presentar ciertas pruebas; además debes cumplir ciertas condiciones relacionadas a tu historial de crédito. Este tipo de bancarrota es muy común entre personas naturales, aunque las empresas también pueden optar por ella.
Suele pedirse cuando tienes problemas con deudas que pueden ser perdonadas; ya sean prestamos sin pagar, deudas con la tarjeta de crédito, cuentas médicas. Pero debes saber que no puedes ser indultado de deudas tributarias, préstamos estudiantiles o manutenciones.
2.- Esta es la reorganización, es ideal para empresas que buscan continuar sus funciones; generalmente se da cuando los bienes de la empresa son mayores que la deuda. Este tipo de bancarrota implica organizar un plan de pagos; además de proteger a la empresa contra litigios hasta que las finanzas se estabilicen.
3.- El ajuste de deudas, es recomendable si tu empresa es unipersonal, esto te permite seguir laborando mientras pagas tu deuda; además protege tus bienes personales como tu casa. Si quieres optar por esta, debes probar que tus ingresos son estables y que podrás pagar la deuda en un lapso de 3 a 5 años.
No aplica para préstamos estudiantiles, deudas tributarias, hipotecas ni manutención.
¿Cuándo debe irse a bancarrota tu negocio?
La razón de que muchas empresas se declaren en bancarrota es porque no pueden cumplir con sus obligaciones financieras; al entrar en este estado fiscal, las empresas adquieren protección contra los fiadores, esto a su vez les da facilidad para reunir el dinero necesario.
Pero este no es un proceso fácil por lo que debe ser tu último recurso, solo es factible irse a bancarrota cuando:
- No crees poder saldar tu deuda en un plazo de 5 años
- Cuando el monto de tu deuda excede a la mitad de lo que ganas
- En el caso de que tus pagos hacia los acreedores te imposibiliten cumplir con las demás obligaciones financieras de la empresa.
Irse a la bancarrota puede ser un desahogo en cuanto a tus obligaciones financieras, pero también es símbolo de que algo estás haciendo mal. Una bancarrota puede estar en tu historial de crédito por hasta 10 años; por lo que antes de declarar la quiebra, lo más recomendable es buscar otra solución.