
En la vida, el ser humano atraviesa diversas etapas que van desde su nacimiento hasta su muerte; en las etapas intermedias, la persona tiene la oportunidad de desarrollarse, fijar metas, alcanzarlas o decaer en el intento. Esto lleva consigo, la aplicación de un variado número de estrategias, unas más efectivas que otras, con el fin de alcanzar las metas propuestas y solucionar las barreras que suelen aparecer inesperadamente. En suma, este ciclo no dista de la propuesta realizada por Raymond Vernon en 1966 cuando se comenzó a abordar el ciclo de vida del producto.
En qué consiste el ciclo de vida del producto
Como una analogía del ciclo de vida del ser humano, en 1966, Raymond Vernon fundamentó la idea del ciclo de vida del producto, expresando que, los productos que se fabricaban para el consumo, eran desarrollados durante cuatro etapas: introducción, crecimiento, madurez y declive. Estas etapas iniciaban con la oferta del producto en el mercado y finalizaban con la extracción del mismo.
Durante el ciclo de vida del producto se evalúa el progreso del mismo y su comportamiento en el mercado. Además, se determinan las estrategias a emplear en cada una de las etapas por las que atraviesa. Cada una de ellas, determinan un momento específico y conllevan una serie de actividades determinantes para la estadía del producto en cada momento.
Cuáles son las etapas por las que atraviesa un producto
Introducción:
Inicia con el lanzamiento del producto al mercado. Surge, posteriormente, de la elaboración del plan de marketing. Es una de las etapas más costosas porque involucra la inversión de publicidad informativa para dar a conocer el producto. Suele hablarse de un bajo volumen de ventas, lo que lleva a muchos empresarios a disminuir los costos para atraer más clientes. No es una etapa muy competitiva porque el producto es poco conocido en el mercado.
Crecimiento:
Esta segunda etapa suele ser más compleja de alcanzar. Se trata de direccionar las estrategias para aumentar el número de consumidores y llamar a un incremento de ventas. Se aplica la publicidad persuasiva para atraer a las masas. Por consiguiente, el volumen de las ventas aumenta y disminuye el costo del producto. Comienza la competitividad en el mercado. El producto comienza a tener valor porque cada día es mayor el número de consumidores que destacan sus beneficios.
Madurez:
Esta etapa suele ser la de mayor duración. Es el nivel donde las ventas se estabilizan. La competencia es mayor, no solo se compite por precio sino también por el valor de la propuesta. Las campañas de promoción deben ser intensas e innovadoras para lograr mantenerse más tiempo en esta etapa. Las estrategias de marketing deberán estar enfocadas en demostrar lo que hace únicos a estos productos.
Declive:
Es la etapa final de cualquier producto, cuando debe salir del mercado. La clave será determinar la forma de salida o si se activará la sustitución por una propuesta más novedosa. Las ventas decaen porque surge uno o más productos que cubren un mayor número de necesidades y este pierde su propuesta de valor. La publicidad, en esta última etapa, se encarga de mantener el recuerdo.