Definiciones y ejemplos de Neuromarketing que de verdad funcionan

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¿Qué es el Neuromarketing?

El neuromarketing es una disciplina que utiliza nociones básicas de Neurociencia y las aplica en el contexto comercial. Estudia la actividad neuronal de los consumidores en el momento de tomar decisiones cuando estos buscan algún tipo de producto o marca en específico, con el objetivo de conocer y comprender los niveles de atención que muestran las personas ante distintos estímulos exteriores como: la vista, el oído el olfato o el gusto. Esto permite a gerentes de marca y decisores de estrategias de mercado, focalizar todos sus esfuerzos en generar mayor emoción e impulsos en los consumidores, ya sea, hacia productos, servicios o campañas publicitarias.

De esta forma, el Neuromarketing le da a las empresas una herramienta funcional para comprender la toma de decisiones del consumidor. Gracias a ello se sabe qué emociones y mecanismos de tipo inconsciente, se producen en sus cerebros. Esto les permite hacer más apetecibles sus productos hacia el consumidor.

¿Qué técnicas de Neurociencia utiliza el Neuromarketing?

Primero que nada, es importante conocer que es la neurociencia.

Neurociencia ¿Qué es?

La neurociencia se puede definir con el conjunto de disciplinas científicas; estas se encargan de analizar: bases moleculares, función, estructura y patologías del sistema nervioso. Es decir, la neurociencia estudia los múltiples componentes del sistema nervioso, así como la interrelación que hay entre cada uno de ellos que a su vez conforman los cimientos biológicos que componen nuestra conducta.

Técnicas de Neurociencias que emplea en Neuromarketing. ­

Las técnicas de Neurociencia involucran las siguientes tecnologías aprovechadas por el Neuromarketing:

  • Resonancia magnética: Toman imágenes de partes profundas del cerebro.
  • Electroencefalografía: Mide la actividad eléctrica en ondas cerebrales
  • Respuesta galvánica: Detecta la sudoración y cambios de calor en la piel
  • Eye tracking: Evalúa a donde se dirige y donde se fija nuestra mirada.

Estas y otras técnicas se estudian en un laboratorio de Neurociencias o Neuromarketing, donde sus resultados son combinados con estudios de Psicoantropología y estudios de mercados tradicionales como las entrevistas individuales o los grupos focales, que permite tener una mayor  y mejor precisión en la interpretación.

Tres ejemplos de Neuromarketing que de verdad funcionan.

  1. Influye en las emociones de tu consumidor.

Nuestro cerebro emocional, como ya hemos visto, tiene mucho que ver en las decisiones de compras que tomamos. Es por ello que es importante hablar directamente a él y no a la parte racional del usuario.

Una forma de lograr esto, es a través de un  comportamiento empático en tu publicidad, reflejando situaciones de nuestro día a día en las cuales nosotros podríamos vernos reflejados; esto es de utilidad ya que, en nuestro cerebro hay neuronas que se encargan de imitar comportamientos y de la empatía.

Otra forma es ofreciendo productos exclusivos, esto genera un interés especial en las personas por conseguirlos.

  1. Fijar adecuadamente el precio de venta

Los estudios de Neuromarketing demuestran que, en el momento de pagar un producto, se produce la activación de la ínsula. Esta se vincula con el dolor, lo cual nos indica que debemos ser prudentes a la hora de establecer precios en nuestros productos o servicios. Como recomendación evita en la medida de lo posible en el marcaje de precio de tus productos utilizar cifras redondas. Y, si está a tu alcance, incluye ofertas de diferentes productos por precios razonables; esto disminuye la sensación del dolor del cliente.

 Consigue que tu producto resulte más atractivo y familiar

Existe mucha competencia en el mercado, es por eso de suma importancia que tu producto destaque y enganche a los consumidores.

Una forma de hacer esto es no ofreciendo demasiadas alternativas, esto puede saturar al consumidor. Se sencillo en tus promociones. Una alternativa viable es hacer uso de la repetición, ya que lejos de saturar al cerebro, lo ayuda a procesar de forma sencilla la información y lo ayuda a crear “atajos” mentales.