
Históricamente sabemos que la comunicación es el punto de partida para el logro de cualquier intención o meta. Saber comunicarnos garantiza un entendimiento certero para ambas partes, la gerencia actual bien conoce. Que una gran porción de los logros deseados está en el saber comunicar lo que deseamos desarrollar. Pasos y métodos claros, dan una mejor visión de a dónde llegará nuestro actuar. Este rasgo es sinónimo de gerentes altamente efectivos, que asumen y digieren que La buena comunicación hace jefes de éxito absoluto.
En la comunicación está inmerso el deseo de crecimiento y motivación. Un jefe elocuente, decidido y humano, es garantía de éxito organizacional. Recordemos que las bases de motivación al personal cuenta con el mensaje fluido, sencillo y directo de un líder con directrices claras que brinden la seguridad requerida ante cualquier situación.
Los estudios confirman que la estimulación constante eleva el grado de inspiración y entrega del personal en pro del crecimiento empresarial. Un equipo motivado jamás evadirá responsabilidades ni objetivos previamente conocidos en el trabajo. La motivación puede ser abordada desde dos vertientes. Una que es condicionada por la actuación del líder y su posición inspiradora y la otra. Mediante la creación de estímulos adicionales para el cumplimiento de las metas en plazo sugeridos.
Captación personal
La captación del personal muchas veces no es acertada para la conformación de equipos altamente efectivos. Aunque en muchas ocasiones, el estímulo adicional con el otorgamiento de beneficios adicionales. Funciona como el mayor aliciente para cualquier equipo, no podemos considerar este método como el más efectivo.
Factores distintos, plantean opciones donde el mayor estímulo de un empleado recae en su deseo de crecimiento profesional, es decir. Un empleado con niveles de curiosidad y retos personales. Considerará el estímulo adicional. Como el reto personal a demostrar ante sus jefes las condiciones profesiones o un perfil superior para un cargo mejor. Es acá donde sale a la luz a habilidades desconocidas por los jefes y la aparición de nuevos talentos como baluartes para el crecimiento empresarial. Estas cualidades les permiten desenvolverse mejor que el empleado promedio y pueden llegar a convertir la gestión de una empresa en un verdadero éxito.
Todo esto va de la mano con la gestión del jefe o gerente, ente encargado de inspirar y sembrar ese deseo de crecimiento profesional personal en su equipo.
El poder de la elocuencia
El discurso es la raíz de cada información, mantener un discurso fluido, sencillo y envolvente. Se pude considerar que una gran parte del trabajo está hecho. La persuasión va de la mano con el discurso, saber comunicar lo deseado conmoviendo e identificando al equipo. De seguro brindará un logro de las metas planteadas por la organización. Del entusiasmo del líder depende la identidad y vinculo que creen los miembros de su equipo en pro de los logros.
Un jefe con visión de éxito al futuro deja que las personas de su equipo. Se sientan que son parte de un proyecto más amplio aún de lo que imaginan e inspiran a su gente a alcanzar la grandeza. Dentro de la tarea que desempeñan en la organización. Ellos poseen el entusiasmo necesario y tienen el tiempo para ganarse a la gente de su equipo.
Conviértete en una persona inspiradora de la siguiente manera:
- Sé un apasionado de los objetivos de la organización, muestra tus emociones, y genera entusiasmo con ellas a tus empleados.
- Conéctate con tus empleados, mostrando interés real en ellos y descubre lo que los motiva e inspira, y solicita activamente sus ideas y opiniones sobre la empresa.
- Sé poco convencional y asume riesgos personales, por hacer las cosas de manera diferente y operar fuera de los límites ‘normales’ de la organización y fuera de tu zona de confort, y deja que tus empleados hagan lo mismo.
- Se cercano como jefe, una persona de equipo, y regularmente expresa a tus empleados que todo tiene que ver con «nosotros» y no de «mi».
- Conviértete en un ‘contador de historias’ que no es lo mismo que un ‘cuentista’. Se capaz de empaquetar los mensajes en una forma atractiva que cautive a tus empleados. Cultiva tu “labia”.
Utiliza la elocuencia para motivar a tus empleados, haciendo lo siguiente:
- Pinta a tus empleados una imagen atractiva del futuro de la organización y de su lugar en ése futuro y constituye el fundamento de por qué ciertas metas tienen que ser perseguidas.
- Establece metas ambiciosas para tus empleados y dales más responsabilidades y la libertad de programar su propio trabajo.
- Proporcione a tus empleados la posibilidad de entrar en contacto con los beneficiarios de su trabajo, es decir, los clientes, para que puedan ver los resultados de su trabajo.
- A fin de cuentas, son poco cuantificables las actitudes que pueden llevar al éxito de un proyecto. Sin embargo, todo cuanto ayude a acercarse al fin siempre es válido y bien recibido.
Lo importante debe ser, no convertirse como jefe en un charlatán, una cosa es ser elocuente en su discurso, poseer verdadero desparpajo a la hora de trasmitir un mensaje y otra será convertirse en un transmisor de “promesas” siempre incumplidas. Entonces allí habrá ensuciado para siempre su imagen como líder.