
La organización como un todo, gira en torno a sus gestiones que hacen prevalecer la misma en el tiempo. Así como también la gestión y generación de líder altamente efectivos que asuman las responsabilidades de continuar. Con el proyecto en los momentos indicados o que se requiera su participación. Actualmente la gerencia empresarial y los sucesores, son un tema que no está sobre el tapete de una forma prioritaria.
Las prioridades actuales no se inclinar a reconocer posibles competidores que recibirán el testigo para seguir con la labor. No, actualmente las metas se fijan en lograr objetivos tangibles que consoliden el éxito del proyecto en el tiempo. Dejando de lado cualquier otra decisión que pueda ser considerada superflua.
Es acá donde podemos asumir que radica un problema que ha sido dejado de lado, sin darle la importancia que amerita. La proyección de nuevos líderes es de relativa importancia, el conocer el posible o las posibles opciones. Para seguir con un compromiso empresarial, facilitará de primera mano flexibilizar paulatinamente el proceso de cambio en el personal. Es decir, la transición permitirá un proceso progresivo en la psique del personal. Que llevará a la aceptación más fluida del próximo sucesor.
La importancia de los puestos empresariales
Una organización está compuesta por diferentes piezas que se unen para darle forma, como en un rompecabezas. Aunque todas las piezas son importantes y se necesitan para que la figura esté completa y firme, existen algunas que son clave porque se convierten en centros que unen y les dan coherencia a muchas otras. Por tanto, la falta de estas piezas sería fatal para conservar la forma de la figura completa.
Así pasa en las empresas, en donde algunos de los empleados ocupan posiciones clave que no pueden permanecer vacías. Si alguno de estos trabajadores abandona la organización, deben por tanto existir planes que permitan sustituirlos en el momento apropiado, con personas idóneas para el puesto.
No es momento de sucesores
Si bien podemos asumir que los planes previos ya predispuestos a realizarse. Pueden ser contraproducentes a la gestión empresarial deseada. Es inevitable pensar, cuales serían los riesgos que ocasiona ausencia prematura de un líder sin el conocimiento previo del sucesor. Se podría afrontar un escenario en el que la inestabilidad y el vacío de poder generaría la toma de decisiones errada y con esto un resultado catastrófico. Que derivaría en el descalabro de la integridad empresarial.
El hecho de no contar con un plan de sucesión para un cargo importante es especialmente peligroso para una organización. Gran parte de los vicepresidentes afirman no tener ningún sucesor para reemplazarlos, una vez que éstos abandonen su puesto de trabajo actual, por cualquiera que se la causa.
Resulta más alarmante, que muchas compañías son conscientes del daño que la falta de planificación de sucesión puede hacerles y. Aun así, las cifras demuestran que no se han tomado las medidas necesarias para corregir la situación. Lo cual afecta negativamente en la parte financiera debido a una planificación de sucesión demasiado débil o a la falta de ésta.
Según opiniones de los expertos podemos citar textualmente lo manifestado por el estudio del profesor. Jamie Womack, vicepresidente de capacitación en mercadeo corporativo y ventas de CareerBuilder: “A medida que la economía mejora, es importante que las organizaciones hagan planes de manera proactiva para el futuro de sus negocios. Tener un plan sobre quién reemplazará la parte administrativa en todos sus niveles es una faceta crítica de la estrategia global, ya que asegura que la organización será capaz de hacer frente a los retos del futuro y de competir en la industria”.
Primero la estabilidad de la empresa
Si bien es cierto que la consolidación de un proyecto empresarial amerita toda la atención. También se debe considerar como parte la organización y planificación empresarial las decisiones de esta índole gerencial de alto nivel.
El acelerado ritmo de consecución de los eventos económicos a nivel mundial. Nos deja a simple vista el ritmo bajo el cual debe funcionar cualquier estructura empresarial actual. Por lo tanto, lo cambios suceden de manera imprevista e imperativa en la organización. Y estos deben ser asumidos de la manera más expedita posible. Sin dudas ni alargamientos en el tiempo. Recordemos que la empresa y su crecimiento no da tregua.
Además de mencionar algunos de los elementos que les faltan a los planes de sucesión de sus compañías, los directivos mencionan la crisis como un evento que ha dificultado mucho la efectividad de cualquier programa de planificación de sucesión.
Como afirma Womack, ahora que la economía está mejorando es hora de que las empresas y sus directivos se pongan manos a la obra para edificar y fortalecer sus programas de planificación de sucesión de manera que puedan enfrentarse a tiempos difíciles futuros y permanecer competitivos.