
Todas las empresas desean tener éxito en sus diversas estrategias y planes de acción para ser más competitivas y atraer clientes; sin embargo, la efectividad de dichas estrategias dependerá en gran medida de la calidad de los datos que utilice para fundamentarlas.
La calidad de los datos: ¿Por qué es importante cuidarla?
En la era moderna los datos son el alma de cualquier movimiento publicitario o acción de ventas dentro del sector empresarial. Antes de diseñar algún tipo de campaña las empresas suelen buscar y analizar una gran cantidad de datos; estos pueden ser sobre el mercado, los consumidores, la competencia directa o indirecta, etc.
Los datos permiten identificar las problemáticas del sector, las necesidades de los usuarios, las diferentes alternativas y las probabilidades de éxito. Por lo general las acciones que no están respaldadas en datos de calidad resultan en fracasos y pérdida de la inversión.
De ahí que la big data haya tenido un auge tremendo en los últimos años; y es que cada vez más empresas recogen un enorme flujo de datos para entender cómo funciona el mercado y cómo presentar sus productos de forma más exitosa.
Con la información correcta se puede saber, por ejemplo, cuándo lanzar un producto, quién lo necesita y cómo hacer que lo compre.
Sin duda, la información es el pilar principal de cualquier empresa exitosa y competitiva. Pero no se trata solo de recopilar la mayor cantidad de datos, sino de obtener datos relevantes y de gran calidad. ¿Cómo lograrlo?
Consejos a tener en cuenta
Existen 3 normas importantes que te ayudarán a conseguir y mejorar la calidad de los datos que usas para el desarrollo de estrategias. Estos son:
- Busca solo datos relevantes.
- Analiza el rendimiento de los datos.
- Depura tu base de datos constantemente.
Actualmente existen una enorme cantidad de datos a los que podrías acceder, pero no todos ellos serán realmente relevantes de cara a tus objetivos. En lugar de buscar más datos, enfócate en conseguir mejores datos.
Una forma de lograrlo es identificando tus prioridades y lo que quieres lograr, luego determina qué datos son los más adecuados. Esto no solo te ayudará a desarrollar estrategias más concretas y efectivas, sino que le ahorrará tiempo y trabajo manual al equipo de trabajo.
El segundo punto es analizar el rendimiento de los datos para descubrir si realmente dieron los frutos esperados. Las métricas y KPIs pueden ayudarte a medir el avance que has obtenido y si estás alcanzando los objetivos que te propusiste en un inicio.
Igualmente es importante actualizar nuestra base de datos de forma regular para asegurarnos de eliminar la información basura. Y es que cuando no revisamos y optimizamos nuestros datos puede que nos topemos con información desactualizada, duplicada o poco relevante.
La calidad de los datos es algo que toma tiempo y atención pero que puede mejorar significativamente nuestro desempeño comercial. Por ejemplo:
- Nos ayuda a mejorar nuestras estrategias de marketing y aumentar su efectividad.
- Aumenta nuestra tasa de captación y conversión.
- Nos ayuda a gestionar mejor a nuestros clientes y a personalizar el trato.
- Minimiza el margen de error de nuestras propuestas.
- Nos ahorra presupuesto.
- Agiliza los lapsos de ejecución de nuevas acciones comerciales.