
Seguramente has llegado a este punto sumergido en un montón de experiencias que te alimentan el alma. Muchas te llenan de alegría y otras son baches en esa felicidad que buscas al emprender un negocio fuera del sistema. En medio de estos momentos siempre estará ese deseo de solo trabajar para lograr lo que debes en tiempo récord o al menos con los resultados superadores de expectativas. Todo ese tiempo invertido podría estarse yendo por la borda de tu vida pues no has considerado lo improductivo de siempre estar ocupado.
La juventud es una época maravillosa…
…No tan larga cuando notas que estás en el punto más cumbre de tus proyectos. Son vivencias únicas entre las que las ideas de generar, producir y triunfar te pueden poseer como buen emprendedor, pero hay personas capaces de extrapolar este sentimiento más allá de lo razonable y olvidar que tienen una vida en la que está incluida la familia y el bienestar personal.
Siempre estar ocupado en el proyecto que estás armando puede ser tan perjudicial como no prestarle la debida atención. Me lo ha demostrado un colega que en su momento sintió la necesidad de, en pleno auge de su proyecto, volar miles de kilómetros para conocer un país nuevo, invertir su tiempo en un momento único para divertirse, más allá de las responsabilidades del trabajo que el mismo se inventó.
Se dio cuenta lo improductivo que resultaba enfrascarse en la búsqueda de un éxito que podría no ser para él por el escaso tiempo que tiene para darse la vuelta y decir «oye que genial, esto me lo puedo disfrutar».
¿Te das cuenta de lo peligroso e improductivo que es siempre estar ocupado?
Me gusta hacer brechas, esta es una de ellas, pues no te estamos enseñando una estrategia de marketing brillante para que impulses tu negocio. Hoy simplemente deseamos que tu espíritu siempre sea la luz de tu emprendimiento, que lo explores, porque siempre tiene más que ofrecer sin consideración de las funciones que tienes en la organización.
Vé y relájate, pasa un día a solas con tus propios deseos de paz, comparte en familia como no lo has hecho nunca, exhala el aire más puro que la ciudad te deje a cambio de una «recargada de pilas« que solo una distracción lejos de la cotidianidad te puede dar.